Ella bailarina, él animador de espectáculos, ambos artistas. No tenían dudas de que en su bodano podía faltar el arte por todos lados.
Un mago, un violinista eléctrico, un cuarteto de voz, maestros heladeros, fuegos artificiales, un cambio de vestido para el baile…
Sin duda alguna, una boda de las que no se olvidan, y nosotros fuimos privilegiados de poder vivirla junto a ellos.

Fotografía: Marina Aguinagalde